miércoles, 7 de enero de 2015

Antología de entradas: degustando productos de consumo masivo

Entre los múltiples propósitos que persigue este espacio se encuentra el de recrear las costumbres argentinas de antaño  en materia de consumos cotidianos. Tal objetivo no es fácil de alcanzar cuando nos movemos muy atrás en el tiempo.   Sin embargo, mediante la búsqueda, la recopilación y el análisis de documentos   y   testimonios antiguos hemos podido abordar ciertos pantallazos sobre los modos de comer, beber y fumar de nuestros compatriotas de los siglos XIX y XX, tanto en lo que respecta a los productos como a las maneras y los entornos. Hacia mediados de 2012  nos propusimos  ir  más  lejos  y comenzamos a practicar regularmente un sistema tan inusual como efectivo para entender algo más sobre estas cuestiones pretéritas, que es la degustación de productos añejos. Desde el inicio descartamos toda posibilidad de adaptar ese procedimiento a los alimentos (ninguno subsiste tanto tiempo en buenas condiciones), pero logramos utilizarlo para evaluar tabacos y bebidas.


No obstante ello, tampoco era posible hacerlo con cualquier producto perteneciente a dichos géneros. Los cigarros de hoja más conocidos, por  ejemplo,   se degradan con los años (especialmente  por  la  falta  de  humedad  o  el  ataque  de pequeños insectos) y algo similar ocurre con los cigarrillos. Lo mismo sucede con la mayoría de los vinos, con los espumantes y con cualquier bebida carbonatada, sin  alcohol,  o de baja graduación alcohólica. Probar cosas así no tiene demasiado sentido, ya que no permite recrear en forma alguna los aromas y sabores de sus épocas de esplendor. Pero existen también ciertos tipos de cigarros cuya naturaleza los hace casi eternos, como los toscanos,   y muchas bebidas capaces de soportar décadas enteras al abrigo de una botella: los vinos licorosos del tipo jerez u oporto, los destilados y los vermouths, entre otros. Optamos entonces por buscar y seleccionar ese tipo  de  joyas  para nuestros  eventos  de  cata,  siempre  tratando  de  contestar  los interrogantes que más nos interesan, a saber:  ¿cómo eran,  qué aroma emanaban, qué  sabor  transmitían,   qué  grado de  calidad  alcanzaron  las  respectivas  industrias elaboradoras?  He aquí los resultados obtenidos durante nuestras degustaciones, volcados en las siguientes entradas:

Los últimos Avanti de la CIBA
La legendaria marca Avanti llegó a ser sinónimo del toscano en nuestro país. A partir de un paquete de dos cigarros fechados entre  1950  y  1960  realizamos  una  “fumata” histórica para conocer mejor el pasado de este singular artículo,  que ostenta el privilegio de haber sido el más vendido de su tipo a lo largo de setenta años. http://goo.gl/Zy38gS
Los toscanos ítalo argentinos de la SATI
En la tercera década del siglo XX el gobierno italiano decidió instalar una fábrica de tabacos en Buenos Aires para competir dentro del prometedor mercado nacional de toscanos y cigarrillos. Esa gran factoría fue conocida como la SATI (Societá Anónima Tabacchi Italiani), y tuvimos la enorme suerte de probar unos raros prototipos de su mítico rótulo Regia Italiana, nada menos que de los años cuarenta. http://goo.gl/EMHhnm
Un legendario oporto argentino de la vieja guardia
Hablando de mitos, el Vino Cordero adquiere una jerarquía épica en el pasado de la vitivinicultura argentina. Su historia se remonta al año 1867, y para 1900 era el más famoso de los vinos dulces de nuestra patria, cuya fama se extendía a menciones en revistas y obras de teatro. Su historia es tan rica que subimos dos entradas sobre el tema, una con sus antecedentes y otra con la degustación de una vieja botella datada  en el decenio de 1940. 1° parte:  http://goo.gl/hZa5o9 2° parte: http://goo.gl/eFgqSq


Histórico gin tonic en el Casal de Catalunya
El gin es un aguardiente de origen bien pretérito y su consumo en estas tierras data del período colonial.  Dos botellas de las marcas  Hiram Walker  y  Royal Ludgate  nos permitieron transportarnos a un época bastante más cercana pero no menos interesante: los años sesenta del siglo pasado, cuando la coctelería argentina estaba en su apogeo. Y para ello, ¿qué mejor que un buen gin tonic probado por un grupo de amigos conocedores? http://goo.gl/GI5nDA
Dos portentos en los años dorados del vermouth
Ya señalamos que existen marcas cuya sola mención equivale a evocar productos determinados. Y en la Argentina, hablar de Cinzano o de  Martini equivale a hablar de vermouth, esa bebida que trasciende  su nombre para convertirse en un momento del día, en una ceremonia que se llevó a cabo en bares y casas de familia durante más de un siglo. Sendas botellas datadas hacia 1953 nos depararon gratísimas sorpresas al respecto. http://goo.gl/W7BFsz
Los toscanos rosarinos de Fernández y Sust
Volvimos al toscano (el cigarro puro más consumido en la Argentina del ayer) de la mano de un antiguo establecimiento radicado en la ciudad de Rosario.   Una de sus marcas, Génova, llegó a ser muy célebre y exitosa. En este caso, a la degustación en sí misma, se sumó el curioso origen de los paquetes. http://goo.gl/bNZlIA
Jerez, el aperitivo del pasado
Hubo un tiempo durante el cual el consumo de vinos generosos –tanto secos como dulces- equiparaba al de los vinos normales de mesa. Entre ellos, el Jerez era el preferido para el aperitivo. Un viejo envase cerrado e intacto de la marca mendocina Espiño nos hizo evocar aquella costumbre perdida. http://goo.gl/AqJ49f




















Brissago, el curioso cigarro que fue moda en la Argentina de antaño
Pocos saben que en las últimas décadas del siglo XIX los puros se fumaban a la par de los cigarrillos, y que nuestro país era un activo productor e importador de manufacturas tabacaleras. Entre los artículos  más exóticos que hacían las delicias de los argentinos de aquel tiempo se destacaba el Brissago o Virginia, cigarro largo y muy delgado con una hebra de paja en su interior.  En este caso no probamos ejemplares antiguos,  sino especímenes actuales de origen austríaco que se elaboran con los mismos métodos artesanales de entonces. La crónica abarca dos entradas: una para reseñar su historia y otra para la cata misma. 1° parte:  http://goo.gl/zkgi7L  2° parte: http://goo.gl/iojNEi
Tres añosas alhajas de la buena enología nativa
La vieja bodega Arizu de Mendoza era una verdadera institución dentro de esa provincia, y uno de sus enólogos, don Raúl de la Mota, fue pionero de la vitivinicultura argentina moderna. Logramos conjugar la rica historia de la bodega y del personaje a través de dos productos de la casa: el jerez Don Balbino y el oporto Viejo Juez.  http://goo.gl/o9EAgP


Por supuesto que seguiremos con nuestras catas en el futuro, aunque no viene mal recordar todo lo hecho en los tres años de existencia de este blog, en especial para aquellos que tengan la curiosidad de revivir, conocer o repasar esos momentos. 

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