lunes, 18 de febrero de 2013

Un revelador libro ferroviario de stock de 1898 9

Además de las múltiples funciones económicas y sociales que cumplían las estaciones y los trenes en los pueblos  de antaño, los ferrocarriles editaban  publicaciones para uso tanto interno como del público en general. Horarios, boletines de servicio y guías comerciales eran algunos de los emprendimientos al respecto, impresos y encuadernados con la prolijidad propia de la época (1). Pero la importancia de los “caminos de hierro” superaba con holgura su propia órbita de influencia, por lo que la realidad ferroviaria era muchas veces reseñada por diarios y revistas de interés general que no pertenecían a la actividad. Así sucedió, por ejemplo, con un número de la revista bahiense Arte y Trabajo del año 1918, en el que los editores decidieron homenajear a los empleados de los coches comedores del Ferrocarril Sud. El principal protagonista de la nota es el señor José Onorato, encargado de uno de los restaurantes andariegos de aquella empresa.


El texto asegura que los integrantes del personal son caras familiares del público regional, así como que están sometidos a un régimen de hierro y batalla. Curioso es el sentido de docencia cultural en cuestiones de modales que la nota le adjudica al servicio gastronómico ferroviario, al punto de asegurar que, gracias a él, ya se cuenta uno entre mil el que usa el cuchillo para llevarse la comida a la boca. Por otro lado, una imagen de la dotación del coche de marras nos pone al tanto de su número: nada menos que nueve integrantes, contando al encargado, cuatro camareros y cuatro empleados de cocina. Visto esto sólo nos queda remitirnos al tema específico de la entrada, que hoy dedicaremos a una  lista de bebidas sin alcohol en la que constan refrescos, jugos, aguas, sodas y otras bebidas carbonatadas tan populares a fines del XIX como lo eran sus equivalentes con alcohol que hemos analizado en ocho oportunidades anteriores.


Veamos entonces la lista en cuestión, incluyendo todos los tipos mencionados con su debido valor de venta en pesos.

Orchata                                                                 4,00
Refrescos surtidos                                                4,00
Lime Juice Cordial                                                 5,00
Tónico Enis                                                           0,90    
Ginger Ale Ross                                                    0,80
Ginger Beer                                                           0,35  (2)
Agua Apollinaris                                                    0,80
Agua Rosbach                                                       0,80
Agua Birresborn                                                    0,80
Agua Krondorf                                                       0,80 
Agua mineral de Vichy                                           0,80
Soda inglesa                                                          0,80    
Soda de Córdoba                                                   0,60
Soda para coches                                                  0,35 (3)
Soda “del país”                                                      0,15    
Sifones s/d                                                             0,30      

Resulta interesante detenerse en un par de productos, verbigracia la orchata, también llamada Horchata u Horchata de chufa, bebida de origen valenciano elaborada con agua, azúcar y chufas molidas. Estas últimas son especies de frutos parecidos a la avellana que crecen bajo tierra merced a las raíces de la  juncia avellanada, típica del levante español. La orchata estuvo muy de moda en los primeros años del siglo XX, pero su consumo desapareció de nuestro país en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. No menos remarcable es la presencia de una marca legendaria de agua mineral: nada menos que la Krondorf, importada de Hungría por su agente en Buenos Aires Julio Kristufek, cuyas botellas aún son encontradas en excavaciones arqueológicas urbanas, lo que es un indicio de su antigua celebridad.


 











¿Qué otras gratas sorpresas y misterios históricos nos deparará el veterano volumen del FCS de ahora en más? Pronto lo sabremos, aclarando que con esta entrada concluimos lo que corresponde a bebidas, luego de haber analizado sucesivamente cervezas y whiskies, cognacs y ginebras, vermouths y bitters, licores, vinos nacionales, vinos importados, bebidas a granel y bebidas sin alcohol. Las futuras entradas de la serie corresponderán a tabacos (cigarrillos y cigarros) y a los alimentos de todo tipo (conservas, dulces, especias, etc.), con no pocos motivos para el asombro.

                                                            CONTINUARÁ…

Notas:

(1) El FCS también editaba su propia revista, llamada Rumbo al Sud.


(2) La Ginger Beer o “cerveza de jengibre” es una bebida con alcohol, aunque en todos y cada uno de los meses fue apuntada junto con el pelotón de los “refrescos”, seguramente porque así era considerada en ese entonces. Actualmente se la elabora en un estilo “suave”, pero bajo su formulación antigua llegaba a acusar una graduación alcohólica de hasta once grados.


(3) Posiblemente se trate de envases pequeños para uso en coches dormitorios y coches reservados.

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