viernes, 4 de noviembre de 2011

Cafés, Fondas, Boliches y Bodegones en el Paseo de Julio

Aunque era bien diferente a la ajetreada avenida Leandro N Alem de nuestros días, el denominado Paseo de Julio se constituía como una de las principales calles de Buenos Aires en la década de 1880. Difícil nos resulta hoy imaginar la apariencia de aquel singular entorno, empezando por la carencia total de construcciones en su lado este, ya que allí se ubicaba el mismísimo Río de la Plata, lo que convertía al paseo en una arteria ribereña. Recién hacia finales del decenio al que nos referimos comenzó la construcción del Puerto Madero con sus docks, sus depósitos, sus pescantes y sus extensiones de terreno ganadas al curso fluvial más ancho del mundo, alejando para siempre a los porteños de toda visión costera desde las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
En ese tiempo la calle en cuestión bullía de actividades comerciales relacionadas con la hotelería y la gastronomía, gracias a su emplazamiento en la zona de desembarco de pasajeros (el llamado "muelle de pasajeros" se encontraba allí mismo, a la altura de la actual calle Sarmiento) y en forma paralela a la Estación Central, desde donde salían trenes para casi todos los destinos de la época alcanzables por ese medio, tanto hacia el norte como hacia el sur (1)


Una enumeración de los locales gastronómicos del Paseo de Julio en 1885 permite observar la notoria proliferación de cafés, boliches, fondas y bodegones. Los primeros, además, solían ofrecer alguna actividad accesoria como billares, tiro (con polígonos en el fondo) y "casas de tolerancia", que era un eufemismo para referirse a la prostitución lisa y llana. Nada de ello debe sorprendernos, puesto que tanto la portación y uso de armas como el "oficio más antiguo del mundo" eran dos actividades absolutamente legales en el lejano ayer, siempre y cuando se observaran ciertas normas que reglamentaban su práctica. Vale una aclaración respecto a la nomenclatura de los establecimientos: el café se distinguía del resto porque expendía casi exclusivamente infusiones y bebidas, mientras que los demás se ocupaban mayormente de dar de comer. La diferencia, a su vez, entre fonda, boliche y bodegón se basaba en su tamaño, importancia y categoría, de menor a mayor respectivamente. La fonda era el local básico de comidas, con un número muy acotado de platos para elegir. El boliche era algo parecido, pero con un poco más de variedad, mientras que el bodegón hacía las veces de lo que años más tarde -inmigración italiana mediante- se llamó cantina, dotado de una carta de comidas y vinos sustancialmente superior en alternativas y calidad.
La siguiente es una lista (abreviada) de esos lugares obtenida de una guía de viajeros del año 1885 (2)

Altura     Titular                             Tipo                                       Altura Alem hoy

s/n         Arnald Valanche          Confitería Estación Central  FFCC       0/100 
54         Sebastián Comas         Café                                                     126
56         José Osiliche                Café                                                     130
96         Luis Magiola                  Café y hotel Torino                              198
154       Jorge Gibson                Café                                                     292
208       Juan Papone                 Café y Fonda                                       374
228       Bernardo Dennis           Café, Tiro y Despacho de bebidas       404
230       Petrona Mateo              Café y Casa de Tolerancia                    408
296       María Marchal              Café y Casa de Tolerancia                    524
300       Rosa André                  Café y Casa de Tolerancia                    530
209 (3)     Manuel Vázquez         Boliche                                                  713 (4)
215 (3)     José de la Fuente       Boliche                                                 721 (4)
251 (3)     Jose Fernández          Bodegón                                              755 (4)

        
De este extracto (la lista completa es mucho más larga, con neto predominio de los cafés) surgen algunos datos interesantes. En primer lugar, el monopolio femenino en lo que hace a la titularidad de las "casas de tolerancia". En segundo, y teniendo en cuenta nuevamente que sólo he citado algunos ejemplos seleccionados, el abigarrado concepto de ubicación de una miríada de locales similares en una misma cuadra. Sin embargo, resulta lógico inferir que se trataba de un negocio floreciente, teniendo en cuenta que las actividades de esparcimiento de entonces se limitaban a los paseos al aire libre, si el tiempo lo permitía, especialmente para las familias. Pero para los hombres solos (verdadera multitud en esos años debido a la inmigración), el café, la copa, el tiro al blanco o el sexo pago eran actividades casi obligadas, y el Paseo de Julio el mejor lugar para ir a buscarlas.

Notas:

(1) Vale la pena detenerse en las fotos incluidas en esta entrada. La primera muestra el Muelle de Pasajeros alrededor de 1880. En la segunda se observa una excelente vista del Paseo de Julio hacia el norte, o sea hacia Retiro, con la Estación Central en primer término. La foto fue posiblemente tomada desde la Aduana de Taylor, pero sin dudas varios años más tarde que la primera (circa 1886 o 1887), ya que se alcanza a ver el incipiente relleno del río como parte de las obras iniciales del Puerto Madero. La tercera imagen, en cambio, con vista hacia el sur y tomada más o menos desde la actual Sarmiento, es mucho más antigua (1867). Por tal motivo la Estación Central aún no existe (se emplazó allí en 1873) y la construcción al final de la calle es todavía el viejo fuerte de la época colonial  que hacía las veces de Casa de Gobierno, demolido por Roca en 1882. Pero el dato más interesante de la toma, que lamentablemente no se puede ver en toda su nitidez -quien suscribe ha visto y analizado esta misma foto muchas veces con mejores resoluciones- es que luego del edificio alto en el extremo derecho viene una bocacalle (la actual Perón) y detrás se observa un pequeño comercio en la esquina, cuyo borde lateral se ve surcado por una inscripción en forma semicircular, que dice "cigarrería". Al menos para mí, es el testimonio fotográfico más antiguo de ese tipo de comercios en Buenos Aires, que tanto nos interesan en este blog.
(2) Vuelvo a insistir sobre la abreviación a título sólo ilustrativo: la lista original presenta 29 comercios. Este autor pide además disculpas por la falta de alineación de las columnas, pero era la única manera de hacerlo y el sistema no permite corregirlo.
(3) La numeración de esa época no siempre era correlativa. Evidentemente, después de su intersección con la actual calle Tucumán descendía otra vez. Esta caótica situación era muy común y se corrigió, como ya hemos señalado en alguna otra entrada anterior, en 1893.
(4) Hasta la actual Tucumán no existía más que vereda izquierda puesto que, según dijimos, del otro lado estaba el río. A partir de esa altura hasta Retiro la costa se alejaba un poco y por esa razón allí sí existían algunas construcciones sobre el costado este, derecho o vereda impar de hoy.

2 comentarios:

  1. Es buenísima esta reseña. Estoy investigando porque al porteño y a la porteña en general le gusta mucho ir a los "cafés" y viendo que el "Paseo de la Alameda" devenido a "Paseo de Julio" dan la semilla de mis cuestiones. Gracias, che! Sé que los blogs fueron, pero al menos siguen en la web y este tipo de información son una verdadera joya.

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    1. De nada. Los blogs fueron, Facebook ya fue, Twitter ya fue y pronto pasará lo mismo con Instagram,Tiktok y los grupos de Wathsapp (si Dios quiere). Al porteño le gusta ir al café igual que al provinciano de ciudad y también al gaucho, que en vez del café iba a la pulpería. Saludos.

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